¿Para qué sirve y cómo se usa el pulsioxímetro?
El pulsioxímetro, también conocido como oxímetro o saturímetro, es un dispositivo que permite medir rápidamente la saturación de oxígeno en la sangre y la frecuencia cardíaca. Vamos a profundizar su uso y funcionamiento.
Cada acto respiratorio se compone de dos fases: la inhalación y la exhalación. Durante la inhalación, el aire entra por la nariz, pasa a través de las vías respiratorias superiores y llega a los alvéolos pulmonares. En este lugar ocurre un intercambio de gases, donde el oxígeno del aire pasa a la sangre, y la sangre libera dióxido de carbono al aire, que se expulsa durante la exhalación. En concreto, durante este proceso de intercambio de gases, el oxígeno se une a la hemoglobina, una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y que se especializa en distribuir el oxígeno a todas las células del cuerpo.
El pulsioxímetro es un dispositivo médico que detecta la oxigenación de la sangre, es decir, la proporción de oxígeno unido a la hemoglobina (oxihemoglobina) en comparación con la hemoglobina circulante (desoxihemoglobina). El monitoreo de la saturación de oxígeno es crucial para comprender el grado de funcionalidad respiratoria. Este valor es importante para mantener bajo control, especialmente en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas o problemas cardiovasculares.
¿Cómo funciona el pulsioxímetro?
El funcionamiento del pulsioxímetro se basa en el principio de la espectrometría, según el cual cada sustancia absorbe ciertas longitudes de onda de la luz. El pulsioxímetro tiene una forma similar a una pinza y se aplica en la parte terminal del dedo índice (no importa si es de la mano derecha o izquierda). Tiene una estructura sencilla y se caracteriza por dos diodos fotoemisores y un detector; los dos diodos emiten dos tipos de haces de luz diferentes que atraviesan los tejidos del dedo y llegan a la unidad de cálculo (detector) situada en el otro extremo de la pinza. Durante este paso, la hemoglobina tiende a absorber la luz infrarroja, mientras que la hemoglobina no unida absorbe la luz roja. Esta diferencia de absorción permite que el pequeño procesador interno calcule el valor de saturación de oxígeno en la sangre. Este parámetro permite determinar la cantidad de hemoglobina presente en el torrente sanguíneo y que transporta oxígeno desde los pulmones hasta los diferentes tejidos del cuerpo. Monitorear regularmente los valores de oxígeno circulante es importante para comprender el nivel de funcionalidad respiratoria de una persona.
Cómo evaluar los valores del pulsioxímetro
El pulsioxímetro es capaz de detectar la saturación de oxígeno y la frecuencia cardíaca, expresada en pulsaciones por minuto. Para determinar si los valores detectados por el pulsioxímetro están dentro del rango normal, es útil compararlos con algunos parámetros de referencia:
- Valores entre el 97% y el 100% indican un estado de oxigenación normal.
- Valores entre el 91% y el 94% indican hipoxia leve.
- Valores entre el 86% y el 90% indican hipoxia moderada.
- Valores por debajo del 85% indican hipoxia grave.
La saturación de oxígeno se considera normal cuando los valores son iguales o superiores al 95%. Valores de saturación iguales o inferiores al 94% (en ausencia de enfermedades respiratorias crónicas) son el límite mínimo en el que se debe consultar con un médico general. Con valores por debajo del 90%, se considera una saturación baja y pueden aparecer síntomas como dolor de cabeza, debilidad, falta de aire, taquicardia, confusión y aumento de la presión arterial.
Además de la saturación de oxígeno, la mayoría de los pulsioxímetros también muestran la frecuencia cardíaca. Una frecuencia cardíaca normal se encuentra en un rango de 60 a 90 latidos por minuto.
Algunos pulsioxímetros de dedo tienen la capacidad de medir también el índice de perfusión (IP). Este es un parámetro que ayuda a determinar si la medición es confiable; cuanto mayor es la perfusión (flujo sanguíneo en el área de medición), más confiable es la medición. Puede variar de persona a persona y no está correlacionado con los valores de frecuencia cardíaca o saturación de oxígeno. Una medición con valores de IP superiores al 4% se considera confiable.
Cómo medir correctamente la saturación
El pulsioxímetro de dedo es generalmente un instrumento bastante preciso. La elección de un dispositivo de calidad proporciona un valor con un margen de error estimado de aproximadamente el 2%. Además de comprar un pulsioxímetro profesional, para evitar errores en la medición, es importante colocar correctamente el oxímetro en el segundo o tercer dedo de la mano, asegurándose de que esté bien ajustado pero no apretado. La medición debe realizarse en posición sentada, con la mano apoyada sobre una superficie plana, tratando de permanecer quieto (los movimientos o temblores pueden alterar el resultado). Es importante no tener las manos frías y no tener esmalte de uñas para evitar mediciones inexactas.
Evitar fumar poco antes de la medición, ya que el monóxido de carbono que se acumula en la sangre es interpretado por el pulsioxímetro como desoxihemoglobina (hemoglobina unida al oxígeno), proporcionando valores más altos de los reales. Una vez que el pulsioxímetro está activado y aparecen las primeras lecturas de saturación y frecuencia, es recomendable esperar al menos 10 segundos para que los valores se estabilicen.
Costos y características de los diferentes pulsioxímetros disponibles
Para elegir un pulsioxímetro, es útil tener en cuenta el tipo de monitoreo que se necesita del dispositivo. El pulsioxímetro básico muestra los valores generales de saturación y frecuencia; puede ser útil para quienes no necesitan monitoreos constantes y tiene un costo que varía entre 20 y 30 euros. Para monitoreos en clínicas o farmacias o para quienes necesitan un control preciso en el hogar, puede ser útil un pulsioxímetro que muestre el índice de perfusión. Para este tipo de modelos, el gasto oscila entre 40 y 60 euros.
Elegir un pulsioxímetro profesional garantiza un monitoreo de alta precisión. Estos dispositivos son recomendados para monitoreos en clínicas u hospitales o para quienes necesitan un monitoreo continuo en el hogar. Este tipo de producto implica un costo que supera los 100 euros. Como todos los dispositivos médicos con marca CE, el gasto realizado para su compra puede deducirse de la declaración de la renta hasta un 19%.