Cómo desfibrilar a un paciente con un desfibrilador semiautomático


Según las estimaciones del INE, solo en España se producen entre 20.000 y 40.000 muertes al año por paro cardíaco. Todas las comunidades autónomas de España han adoptado leyes que requieren la presencia de desfibriladores en lugares públicos para reducir al máximo el riesgo de muerte por paro cardíaco.


La literatura científica internacional coincide en afirmar que, en caso de paro cardíaco, una intervención de rescate adecuada y una desfibrilación temprana contribuyen a aumentar las posibilidades de supervivencia hasta un 70%.
En este artículo, analizaremos todas las dudas más frecuentes en el uso de desfibriladores en entornos extra hospitalarios.

El desfibrilador semiautomático y automático

El desfibrilador automático externo es un dispositivo médico salvavidas, capaz de identificar y evaluar si se están produciendo ritmos desfibrilables para restablecer el ritmo cardíaco normal.


Es cada vez más frecuente identificar todos los tipos de desfibriladores automáticos externos con las siglas "DEA", que literalmente significa "Desfibrilador Automático Externo ", aunque se diferencian en: Desfibrilador Automático Externo y Desfibrilador Semiautomático Externo. La principal diferencia entre los dos tipos de dispositivos se refiere al tipo de intervención requerida al socorrista. El desfibrilador externo semiautomático determina si se está produciendo un paro cardíaco, se prepara automáticamente para administrar la descarga y solo si el socorrista presiona el botón de "shock", se producirá la desfibrilación. En cambio, el desfibrilador automático, una vez realizado un análisis del ritmo y determinado un paro cardíaco, procede automáticamente a administrar una descarga sin intervención del socorrista. Los dos tipos de DEA tienen en su mayoría las mismas capacidades técnicas y de gestión, pero actualmente el modelo semiautomático es el más común en Italia. Esto se debe a que los cursos BLSD se llevan a cabo casi siempre utilizando desfibriladores entrenadores semiautomáticos y cada comunidad autónoma en España tiene una ley que establece el uso de desfibriladores semiautomáticos en las sociedades y asociaciones deportivas profesionales y amateurs.

Cómo funciona un desfibrilador DEA

El desfibrilador DEA es portátil, manejable y fácil de usar. Tiene un peso medio de 2 kg y un costo que varía entre los 800 y 1.200 euros dependiendo del fabricante. Para un uso correcto de los desfibriladores semiautomáticos es muy importante seguir las indicaciones del propio dispositivo, que a través de una guía de voz indica al operador paso a paso qué hacer. En el caso de un presunto paro cardíaco, las fases esenciales para un uso correcto del DEA son:

  • Alertar al servicio de emergencia sanitaria - 112.
  • Iniciar de inmediato las maniobras BLS mientras se espera el DEA.
  • Al llegar el DEA, encender el dispositivo.
  • Conectar las palas al desfibrilador.
  • Aplicar las palas adhesivas en el pecho descubierto de la persona (deben colocarse exactamente como se indica en los electrodos).
  • Permitir que el dispositivo analice el ritmo.
  • Presionar el botón "Shock" si el DEA lo indica expresamente, teniendo cuidado de no tocar a la persona.

Solo la desfibrilación podría no ser suficiente para restaurar el ritmo sinusal, por lo que es importante que siempre se asocie a una correcta Reanimación Cardiopulmonar (RCP) que se aborda junto con el uso del desfibrilador en el "Curso BLSD" con una validez de 24 meses.

Quién puede utilizar el desfibrilador DEA

Debido a la fiabilidad de estos dispositivos, su uso está permitido también al personal no sanitario pero con formación específica (curso BLSD).
En caso de un presunto paro cardíaco, en un contexto donde no haya personal sanitario o no sanitario formado, está permitido el uso del desfibrilador semiautomático o automático gracias a un artículo del código penal que hace referencia al "estado de necesidad".

En particular, con el acrónimo BLSD (Basic Life Support Defibrillation) se refiere a todas las maniobras de primeros auxilios que deben llevarse a cabo en caso de paro cardíaco, para lo cual se ha estructurado un curso de formación teórico y práctico en el que se realizan simulaciones de emergencias.

El desfibrilador en lugares públicos

La Ley que regula la difusión y el uso de desfibriladores semiautomáticos y automáticos externos en contextos públicos extra hospitalarios.


Los DEA deben estar presentes en lugares de fácil acceso y señalizados adecuadamente:

  • En las administraciones públicas (al menos 15 empleados) y para todos los servicios abiertos al público;
  • En estaciones de tren, aeropuertos y puertos;
  • A bordo de medios de transporte que realicen trayectos continuos de al menos dos horas, sin posibilidad de paradas intermedias;
  • En escuelas de todos los niveles;
  • En centros comerciales, hoteles y restaurantes;
  • En estructuras sanitarias y territoriales como, por ejemplo, ambulatorios y consultorios médicos.

La Ley establece, además, que quienes posean un desfibrilador deben informar a los centros operativos del sistema de emergencia sanitaria.Esto se hace para asegurar que el desfibrilador más cercano pueda ser localizado rápidamente en caso de necesidad.


Recordemos que para todas las empresas que adopten medidas de prevención y protección adicionales, Mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales pueden reconocer un descuento; entre estas medidas se incluye la compra del desfibrilador DEA y la formación para su uso (Cursos BLSD)."


El mantenimiento del desfibrilador DEA

Todos los desfibriladores deben someterse a controles y mantenimiento periódicos, según las indicaciones del manual de uso y las normativas vigentes en materia de aparatos electromédicos. El DEA debe estar siempre en condiciones operativas, ya que se trata de un dispositivo salvavidas; debe estar bien señalizado con carteles específicos, colocado dentro de un  armario metálico bien reconocible y con alarma sonora. En el caso de un DEA colocado en el exterior, el armario deberá ser a prueba de agua, diseñado específicamente para uso exterior.

El desfibrilador realiza de forma autónoma pruebas diarias o semanales (dependiendo del fabricante) para verificar su funcionamiento. Si el dispositivo detecta algún problema, lo notificará con una señal acústica o una luz roja intermitente. Por este motivo, el armario en el que se guarda debe tener una ventana transparente para una inspección fácil y rápida.
Entre las causas de mal funcionamiento, el problema más común está relacionado con los componentes consumibles (electrodos o batería). La batería generalmente tiene una duración media de 4-5 años desde su instalación. Su duración depende del uso, de factores ambientales, de cuántas veces se realizan las pruebas automáticas y del tipo de batería instalada en el dispositivo.  Las palas del DEA, sean de adulto o pediátricas, están formadas por un gel adhesivo y conductor especial que asegura la transferencia de la descarga eléctrica. Por esta razón, es importante la correcta conservación de los electrodos, ya que el gel, una vez expuesto al aire, tiende a secarse rápidamente comprometiendo su uso. Afortunadamente, el DEA, siendo un instrumento muy sensible, durante las pruebas automáticas que realiza señala si los electrodos deben ser reemplazados. Recomendamos el uso de solo repuestos originales para garantizar condiciones de fiabilidad y seguridad de su DEA.