La salud digital: cómo las aplicaciones y los dispositivos portátiles están transformando el cuidado de la salud

La llegada de la tecnología ha revolucionado numerosos aspectos del sector sanitario, con herramientas y dispositivos portátiles que simplifican la gestión y la prevención de la salud.

El concepto de "salud digital" está ganando terreno en nuestra vida diaria; basta con pensar en los smartphones o en dispositivos como los smartwatch y los fitness trackers, que nos permiten monitorizar constantemente algunos de nuestros parámetros fundamentales y compartirlos en tiempo real con médicos y profesionales. Todo esto nos ayuda a tener una mayor conciencia de nuestro estado de salud, a prevenir más rápidamente algunas patologías y a hacer que los cuidados sean más accesibles y personalizados. Pero, ¿cuáles son los desafíos y las limitaciones que presentan estas soluciones?


Las aplicaciones de "salud"

Hoy en día, cada smartphone viene integrado con aplicaciones para mejorar y monitorizar el bienestar personal, ofreciendo a los usuarios la posibilidad de hacer un seguimiento de su actividad física, alimentación, calidad del sueño, o de contar los pasos diarios y monitorizar el ritmo cardíaco. Según un informe de Statista, en 2023 hubo más de 350.000 aplicaciones de salud disponibles en las tiendas de aplicaciones globales, de las cuales alrededor del 47% están dedicadas al bienestar y la forma física.

Pero no se trata solo de aplicaciones diseñadas para los amantes del deporte y el fitness: el verdadero cambio llegó gracias a la telemedicina, un sector que ha revolucionado la relación entre médicos y pacientes, permitiendo consultas a distancia y reduciendo drásticamente los tiempos de espera. Su crecimiento exponencial se intensificó especialmente durante la pandemia de Covid-19, de hecho, en 2020 el número de visitas a distancia aumentó en aproximadamente un 154% en comparación con el año anterior. Con una simple videollamada, los pacientes pueden obtener diagnósticos, prescripciones y un seguimiento continuo, mejorando el acceso a los cuidados, especialmente en áreas rurales o para personas con dificultades de movilidad.

Otro campo en rápido desarrollo es el de la salud mental. Algunas aplicaciones ofrecen apoyo para la gestión del estrés, la depresión y la ansiedad a través de técnicas de mindfulness, meditación y respiración guiada. Este ámbito se ha convertido en una prioridad creciente en la sanidad pública, que destina cada año presupuestos cada vez mayores. Gracias a una mayor conciencia social, cada vez más personas han comenzado a abordar el tema, contribuyendo a superar muchos tabúes. Esto ha llevado al desarrollo de aplicaciones y plataformas en línea dedicadas a consultas psicológicas a distancia.


Dispositivos portátiles: monitorización 24/7

El desarrollo tecnológico de los últimos años ha permitido crear aplicaciones y herramientas capaces de ofrecer este servicio. A pesar de que pueden proporcionar información médica en tiempo real, como la saturación de oxígeno en sangre o realizar electrocardiogramas (ECG), es importante recordar que estos aparatos no son considerados dispositivos médicos. Según los datos de Statista, en 2022, alrededor de 533 millones de personas en todo el mundo utilizaban dispositivos portátiles como smartwatch y fitness trackers. Este número se acercará a los 1.100 millones para 2026.

Junto a los dispositivos diseñados para la prevención de algunas patologías, también encontramos dispositivos para el monitoreo de condiciones crónicas, como los sensores de glucosa utilizados por pacientes diabéticos, que permiten monitorizar los niveles de azúcar sin la necesidad de pinchazos diarios. Este mercado ha tenido una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) de alrededor del 12% desde 2020, con más de 1 millón de pacientes diabéticos. De manera similar, existen dispositivos portátiles que monitorizan la presión arterial, lo que permite a las personas con hipertensión controlar sus parámetros e intervenir de manera oportuna en caso de anomalías.

La evolución de estas tecnologías es continua. Hoy en día, muchos dispositivos incluyen la posibilidad de realizar un electrocardiograma (ECG) directamente desde la muñeca, identificando posibles problemas cardíacos en tiempo real. Este tipo de monitoreo, que antes requería una visita médica, ahora está disponible al alcance de la mano.


Los beneficios de la salud digital

La difusión de estos dispositivos ha sido de gran ayuda para muchas personas, aportando diversos beneficios en el monitoreo continuo y proactivo de la salud.

Uno de los principales beneficios es la personalización de los cuidados: los datos recogidos en tiempo real permiten a los médicos adaptar las terapias de manera precisa, monitorizando el cuadro clínico del paciente de forma continua, 24 horas al día. De este modo, la medicina se vuelve cada vez más individualizada, con tratamientos capaces de tener en cuenta las condiciones específicas de cada paciente, mejorando así también la eficacia de los cuidados.

Un estudio publicado por el Journal of Medical Internet Research mostró que el uso de dispositivos portátiles y aplicaciones de salud puede reducir el riesgo de hospitalización hasta en un 20% en pacientes con enfermedades crónicas, gracias al monitoreo constante de los parámetros vitales.

Además, como ya se mencionó, la llegada de la telemedicina, al igual que ocurrió con la difusión de Internet, derriba las barreras geográficas. En un futuro ideal, la salud digital debería ayudar a garantizar una cobertura sanitaria prácticamente total, permitiendo también que las personas que viven en zonas remotas reciban atención médica sin tener que desplazarse físicamente a una consulta médica o a un hospital. Este beneficio también se extiende a los pacientes con dificultades de movilidad, a los ancianos o a quienes tienen discapacidades motoras graves. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que la salud digital podría ayudar a reducir este desequilibrio, con un ahorro potencial de más de 200.000 millones de dólares a nivel global para 2030, reduciendo visitas hospitalarias y mejorando la prevención.


Desafíos y límites de la salud digital

Sin embargo, ¿por qué, a pesar de que estos servicios ya son fácilmente accesibles, la telemedicina no está perfectamente integrada en las prácticas sanitarias diarias?

En 2024 todavía existen desafíos significativos al respecto. Uno de los temas más debatidos es sin duda el de la privacidad y la seguridad de los datos. La información sensible es extremadamente importante y es fundamental protegerla. Desafortunadamente, las aplicaciones no siempre ofrecen niveles de seguridad adecuados, lo que permite fugas de datos y posibles violaciones de la privacidad.

Otro problema importante es la brecha digital. De hecho, no toda la población tiene acceso a smartphones avanzados o a una conexión a Internet estable, lo que limita considerablemente el uso de estas tecnologías. Algunos grupos de edad, en particular entre los ancianos, tienen un conocimiento limitado de los dispositivos digitales, lo que dificulta la inserción de la telemedicina que, sin embargo, podría ser de gran ayuda para ellos. A pesar de esto, un informe del Pew Research Center reveló que el uso de dispositivos portátiles entre los ancianos (de 65 años o más) aumentó en un 15% entre 2018 y 2022. Un cambio definitivo podría llegar tras el relevo generacional, cuando la tecnología ya esté al alcance de toda la población.

Finalmente, además de los costos que se deben asumir para adquirir estos dispositivos y que no todos pueden permitirse, está la cuestión de la fiabilidad de los datos. Aunque los smartwatch y otros equipos se han vuelto cada día más sofisticados, los datos recogidos no siempre son tan precisos como los obtenidos con mediciones tradicionales. En algunos casos, de hecho, pueden generar falsas alarmas, con el riesgo de crear ansiedad en los pacientes, o incluso omitir datos significativos para la detección de condiciones potencialmente graves.


Aplicaciones y médico de cabecera: de la sala de espera al smartphone

Las aplicaciones para el monitoreo de la salud se están convirtiendo en herramientas esenciales en la gestión de patologías crónicas, gracias a su capacidad para recoger y analizar datos en tiempo real. Estas aplicaciones pueden transmitir automáticamente la información recogida, como la presión arterial, la glucosa, el ritmo cardíaco y el nivel de actividad física, directamente al médico de cabecera.

Esto permite al médico tener una visión completa y actualizada del estado de salud del paciente, facilitando un monitoreo más preciso y personalizado de las condiciones crónicas. Esta conexión continua entre paciente y médico puede llevar a intervenciones oportunas, mejorar la adherencia a las terapias y reducir el riesgo de complicaciones, optimizando la gestión general de la enfermedad.


Un futuro cada vez más conectado

La salud digital representa una revolución en el cuidado de la salud, haciendo que el monitoreo y la gestión del bienestar sean más accesibles, personalizados y proactivos. Sin embargo, como ocurre con todas las innovaciones, es importante abordar con atención los desafíos relacionados con la privacidad y la accesibilidad.

Con la regulación adecuada y con el progreso tecnológico constante, las aplicaciones y los dispositivos portátiles tendrán un impacto cada vez más significativo en nuestro bienestar y en la medicina del futuro. Según el informe de Global Market Insights, el mercado global de la salud digital superó los 200.000 millones de dólares en 2022 y se espera que alcance más de 650.000 millones de dólares para 2030, con una tasa de crecimiento anual de alrededor del 15%.

Los médicos y profesionales de la salud seguirán desempeñando un papel central, no solo en la interpretación de los datos, sino también en el acompañamiento de los pacientes en este nuevo camino de atención conectada.