Hipoacusia y prevención: el papel fundamental de la audiometría
La audiometría es una prueba diagnóstica no invasiva necesaria para detectar precozmente posibles trastornos auditivos, intervenir de forma específica y mejorar la calidad de vida.
¿Qué es la audiometría?
El examen audiométrico se utiliza para evaluar la capacidad auditiva de una persona y se recomienda especialmente en sujetos con mayor riesgo, como personas mayores, trabajadores expuestos a ruidos fuertes y niños en fase de desarrollo del lenguaje.
La audiometría se realiza utilizando el audiómetro, un dispositivo médico electrónico capaz de generar sonidos puros (tonos) de diferentes frecuencias (bajas, medias o altas) e intensidades (volumen). Estos sonidos se hacen escuchar al paciente mediante auriculares o un arco vibratorio colocado sobre el hueso mastoides.
Durante el examen, el paciente se sienta en una cabina insonorizada o en un entorno silencioso, se coloca los auriculares y escucha una serie de sonidos. Cada vez que percibe un tono, debe presionar un botón o levantar la mano para indicar que lo ha oído. El examinador registra las respuestas y crea un audiograma, un gráfico que representa el umbral auditivo de la persona para cada frecuencia evaluada.
El examen dura entre 10 y 30 minutos, es completamente indoloro y no invasivo, además es adecuado para todas las edades y puede repetirse periódicamente para monitorear la salud auditiva. Según las necesidades, pueden realizarse distintos tipos de pruebas:
- Por vía aérea, con auriculares, para evaluar la audición general.
- Por vía ósea, con un vibrador sobre el hueso mastoides, para entender si el problema afecta al oído interno o a la transmisión del sonido.
- Audiometría verbal, en la que el paciente debe repetir palabras escuchadas a diferentes volúmenes, útil para evaluar la comprensión del lenguaje.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 1.500 millones de personas en el mundo conviven con algún tipo de pérdida auditiva, y se estima que esta cifra podría alcanzar los 2.500 millones para el año 2050. De ellas, al menos 430 millones necesitan intervenciones rehabilitadoras, como prótesis auditivas, tratamientos médicos o cirugía.
¿Para qué sirve la audiometría y a quién va dirigida?
La audiometría es útil para:
- Diagnosticar hipoacusia (pérdida auditiva), tanto neurosensorial como transmisiva.
- Monitorear la audición a lo largo del tiempo, especialmente en personas mayores o expuestas a ruidos perjudiciales.
- Verificar la eficacia de terapias o dispositivos auditivos.
- Realizar controles en el ámbito de la medicina del trabajo, para quienes están expuestos a ruidos intensos o prolongados.
Y está indicada para:
- Personas mayores: propensas a pérdidas fisiológicas de la audición.
- Niños: en caso de dificultades del habla o sospechas de otitis recurrentes.
- Trabajadores expuestos al ruido: como operarios, músicos, pilotos, etc.
- Personas con patologías del oído: infecciones, acúfenos, vértigos.
- Quienes perciben una pérdida auditiva repentina o progresiva.
Modelos y características principales
Entre las funciones principales del audiómetro, debemos considerar:
- Número de canales
Los audiómetros más sencillos son mono-canal (para pruebas básicas), mientras que los más avanzados son bi-canal, ideales para pruebas simultáneas en ambos oídos o para audiometría verbal.
- Frecuencias evaluables
El rango estándar va de 125 Hz a 8000 Hz, pero algunos modelos permiten realizar pruebas incluso en frecuencias ultra-altas (hasta 16.000 Hz) para análisis más detallados.
- Intensidad sonora
Los audiómetros deben ser capaces de generar sonidos desde -10 dB hasta al menos 120 dB HL.
- Modo de conducción
Por vía aérea, ósea y enmascarada, además de funciones avanzadas como la audiometría verbal con grabaciones digitales o en tiempo real.
- Tipo de salida de resultados
Muchos modelos modernos permiten impresión automática de audiogramas, exportación digital de datos y compatibilidad con software de gestión de pacientes.
¿Qué profesionales utilizan la audiometría?
La audiometría es una herramienta esencial para varios especialistas y profesionales sanitarios:
- Otorrinolaringólogos (ORL): para el diagnóstico y manejo de patologías del oído y de la audición.
- Audiólogos y audiometristas: especialistas en evaluación auditiva y prescripción de ayudas auditivas.
- Médicos del trabajo: para realizar controles audiométricos periódicos en trabajadores en riesgo.
- Pediatras: para detectar precozmente problemas auditivos en niños, a menudo relacionados con otitis o trastornos del desarrollo del lenguaje.
- Geriatras: para monitorear el deterioro auditivo relacionado con la edad y prevenir el aislamiento social.
- Médicos de cabecera: como primer punto de referencia para quienes presentan pérdida de audición o acúfenos.