Plástico en los hospitales: las alternativas sostenibles a los productos desechables

En los últimos años, la creciente atención al impacto ambiental ha puesto de relieve un tema a menudo pasado por alto en las estructuras sanitarias: el uso masivo de plástico desechable.

El problema del plástico

El plástico ha transformado profundamente nuestra vida cotidiana y, también en el ámbito médico, ha supuesto una auténtica revolución. Gracias a sus características —ligereza, bajo coste, versatilidad y capacidad de garantizar la esterilidad— se ha convertido en un material imprescindible en los centros sanitarios. Mascarillas, guantes, batas, jeringuillas y envases de plástico son ya una presencia constante en los hospitales para asegurar altos estándares de higiene y seguridad.

Sin embargo, todos estos artículos generan cada día toneladas de residuos plásticos difíciles de eliminar. Por esta razón se vuelve cada vez más urgente reflexionar sobre la sostenibilidad, sin comprometer la seguridad de los pacientes ni del personal sanitario.

En los últimos años, según un estudio publicado por Health Care Without Harm, el sector sanitario ha sido responsable del 4,4 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y una parte significativa procede precisamente de la producción y eliminación de estos plásticos.

Hacia el cambio: por qué es importante

La necesidad de aplicar prácticas más sostenibles ya no es solo una elección ética, sino también una estrategia importante para reducir costes, mejorar la imagen pública y adaptarse a las normativas medioambientales cada vez más estrictas.


Varios hospitales y muchas clínicas en el mundo están adoptando programas de Green Healthcare, que ayudan a promover alternativas ecológicas y a fomentar la reutilización. El reacondicionamiento de dispositivos desechables en Estados Unidos supuso un ahorro superior a los 460 millones de dólares en 2021, reduciendo al mismo tiempo los residuos sanitarios. También en Italia, aunque más lentamente, empezamos a ver pequeños pasos en esta dirección.


Las ventajas de los dispositivos reutilizables

Adoptar instrumentos diseñados para ser esterilizados y reutilizados en múltiples ciclos es el primer paso que considerar. Existe, de hecho, una amplia gama de artículos esterilizables como pinzas, tijeras, campos quirúrgicos y contenedores multiusos, todos conformes con las normativas europeas e italianas para uso sanitario.

Por ejemplo, las mascarillas laríngeas reutilizables utilizadas en anestesia emiten aproximadamente 7,4 kg de CO₂ por ciclo de esterilización, frente a los 11,3 kg producidos por la eliminación de 40 dispositivos desechables, equivalentes a más de 4 litros de gasolina quemada. O las batas reutilizables, que garantizan una reducción de hasta el 66 % en las emisiones de gases de efecto invernadero, un 64 % menos de consumo energético, entre un 41–84 % de ahorro de agua y hasta un 93 % menos de residuos sólidos en comparación con la alternativa desechable.

Estos son solo algunos ejemplos de la diferencia que puede implementarse en nuestro sistema sanitario nacional y, con el aumento de tecnologías cada vez más innovadoras y sostenibles, las oportunidades para reducir el impacto ambiental están en continuo crecimiento. El camino hacia hospitales más green ya ha comenzado, y la colaboración activa entre centros sanitarios, proveedores e instituciones para promover un cambio cultural será esencial.

Las alternativas sostenibles: qué está cambiando


  • Materiales biodegradables y compostables
    Numerosas empresas están desarrollando dispositivos médicos en bioplástico derivado del almidón de maíz, PLA (ácido poliláctico) o fibras naturales. Estos materiales, aunque aún no aptos para todos los usos, pueden emplearse para embalajes, envases y artículos que no estén en contacto directo con el paciente.

 

  • Textiles reutilizables
    Batas, campos operatorios y fundas para camas realizados en tejidos técnicos reutilizables y esterilizables representan una alternativa válida a los productos desechables en TNT. Con la misma eficacia, estos textiles reducen entre un 60 y 70 % la cantidad de residuos generados por intervención.

 

 

  • Dispositivos de larga duración
    Algunos dispositivos como pinzas, tijeras o instrumentos quirúrgicos pueden ser esterilizados y reutilizados varias veces, reduciendo la huella ambiental frente a sus equivalentes de plástico desechable. La inversión inicial es más alta, pero se amortiza con el tiempo con un notable ahorro económico y ambiental.

 

  • Packaging sostenible
    También el envasado de los dispositivos médicos puede replantearse: envoltorios más compactos, fabricados con materiales reciclados o fácilmente reciclables, contribuyen a reducir tanto el uso de plástico como el volumen de residuos.

 

 

  • Innovación en guantes y EPI
    Se están probando guantes compostables o fabricados con materiales alternativos al plástico tradicional, pensados para usos no quirúrgicos. También en el ámbito de los EPI se estudian soluciones menos contaminantes, manteniendo los estándares de protección requeridos.

¿Qué puede hacer hoy un centro sanitario?

A pesar de las dificultades ligadas a los costes, a los protocolos rígidos y a la gestión diaria de las emergencias, incluso los centros sanitarios pequeños pueden contribuir en la transición hacia modelos más sostenibles. Cada pequeño cambio, si se aplica con continuidad y conciencia, puede generar un impacto significativo, tanto a nivel ambiental como económico.

El objetivo no es revolucionar de un día para otro todo el sistema, sino adoptar una estrategia gradual y razonada. Pero ¿qué puede ser realmente útil?

  • Realizar una auditoría ambiental interna, para identificar dónde se concentran los desperdicios.
  • Formar al personal en el uso correcto de los dispositivos desechables.
  • Elegir proveedores comprometidos con la sostenibilidad, valorando las certificaciones medioambientales de los productos.
  • Introducir gradualmente artículos reutilizables, donde las normativas y la higiene lo permitan.